lunes, 19 de octubre de 2009

Víctor - Status Quo

Buenos días. Aprovecho este, mi único hueco, para hacer un resumen de cómo me desenvuelvo:

- Cara a cara. Bien casi siempre, dependiendo de a quien tenga en frente. No empleo lectura labial porque no la tengo. Miro a los ojil-llos.
- De espaldas o de "lao". Quizir, por ejemplo, en el coche. A Tania la entiendo decentemente aunque depende mucho de lo que se esfuerce en hacerse entender. A mis enanas me cuesta un montón, porque van atrás y no tienen voces altas precisamente. Andando no me las apaño mal incluso sin girar la cara.
- Grupales. Depende de lo alborotados que estén los miembros del grupo, pero algo me entero, aunque muy mejorable.
- Nino-nino. Bien tanto con el piji-iPhone, como con el HTC (ya me lo arreglaron). Con los fijos mucho peor, pero porque soy un vago y no le doy a la T del mando. José Luis, entiendo que tú sí lo haces, ¿no?
- Radio. Bastante bien, aunque depende de quien hable y del dia.
- Tele. Regulín. Los telediarios los pillo sobre todo si hablan mujeres, suelen hablar más claro. El resto, cosas sueltas. Las pelis en inglés ya ni os cuento.
- Musiquiqui. Mucho mejor la música más vocal (por ejemplo, cantautores). El problema es que yo oigo como una escala o dos más grave de lo que es, así que todo suena diferente, pero lo identifico claramente y lo disfruto. Por ejemplo, de Amaral entiendo bastante la letra, aunque no toda. Silvio Rodríguez, Sabina, Manolo García, todos parecidos. Transvision Vamp, como la moza grita mucho, también la entiendo bien. En general aceptable, aunque la música es más tosca, mucho menos rica en matices. Por otro lado, no sé si a todo el mundo le pasa lo de oir todo más grave.

Y ahora, una reflexión auditiva coclear:
Como creo que ya he dicho, oir por un implante coclear implica perder riqueza de matices en el sonido y, sobre todo, claridad en la diferenciación de tonos. Esto significa que nuestra sensación es que el sonido es menos nítido que antes. Lo que hasta ahora tu cerebro percibía como algo claramente delimitado y marcado, ahora es algo más difuso. Yo creo que esto es lo que hace que un implante coclear exiga tiempo para poder entender bien con el. Nuestro cerebro está acostumbrando a tener una información más precisa y diferenciada de los sonidos y le lleva su tiempo y hay que entrenarlo para que sea capaz de interpretar con información de menos calidad. Entiendo que llegará un momento en el que, para nosotros, esa información de menos calidad sea la "buena", de la misma manera que, por ejemplo, cuando a los seis años perdí la audición de mi oido derecho y parte de la del izquierdo, mi cerebro se acostumbró a una información mucho menor y esa información llegó a ser para mi la "natural".

Para terminar y dejar de aburriros aclarar una cosa: todos los que nos implantamos lo hacemos porque hemos llegado a una situación en la que no había otra alternativa mejor. Un implante coclear es un milagro, un regalo, una segunda oportunidad y eso tiene un valor incalculable. Bien, no es perfecto, nada lo es, pero os lo aseguro, es mucho más de lo que hubiera soñado. Eso no quita que debamos ser incorfomistas y buscar más, querer más, pero siempre sin dejar de valorar lo que tenemos.

Que tengais un buen día! Besos a todos.

P.S.: Esta entrada se la dedico a Tutxi, la sirenita. Tutxi, antes de un suspiro habrá pasado todo y empezarás este fascinante viaje en el que tantos estamos metidos ya. Mucha suerte!

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